Parece que nos encaminamos a un cambio climático que está influyendo en la Tierra de forma directa. Uno de los elementos en los que podemos fijarnos para ver el calentamiento es en en los glaciares y su deshielo.
Imagen de satélite de los lagos sobre el Glaciar Langhovde, en la Antártida. DIGITALGLOBE, INC. |
El problema de estos lagos es que su agua no se queda estancada, sino que fluye hacia otras partes del glaciar sobre la superficie del océano. Esto podría debilitar su estructura y facilitar eventuales fracturas en el futuro. Este fenómeno ya se había observado en Groenlandia, pero es la primera vez que se sabe que ocurre en el este de la Antártida, donde desde 2002 ya se sospechaba que se producía.
Los lagos se originan cuando las temperaturas superan los 0 ºC en verano, pero después desaparecen todos a la vez o acaban por formar ríos que desembocan en el hielo situado por debajo -esto explicaría por qué hay veces que el agua dulce procedente del hielo se vierte al mar por la base del glaciar-.
El aumento de temperatura del aire es proporcional al número de lagos formados, el área que suman todos ellos y la profundidad de los mismos. Aunque por ahora no se ha demostrado que la presencia de estos lagos tenga un gran efecto sobre el glaciar, debido a que no son lo suficientemente grandes, si el cambio climático continúa avanzando la situación se podría agravar, alertan los autores del estudio. Saber más
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