La distribución territorial de los núcleos urbanos de Castilla La Mancha está condicionada por el relieve y por la morfología de la red de comunicaciones. Por ello, los sectores llanos de la región, el Valle del Tajo (valle medio del Tajo, La Sagra y la Campiña del Henares) y la Llanura Central (Campo de Calatrava, La Mancha, Llanos de Albacete, Corredor de Almansa y Campo de Hellín) se han convertido en los enclaves (marcos) donde se han producido el crecimiento y la consolidación de los núcleos urbanos más importantes de la región. Por tanto, se pueden distinguir dos sectores:• Un sector septentrional, formado por un grupo de ciudades situadas relativamente cerca de Madrid y que mantienen estrechos lazos económicos y demográficos con la capital de España. Es el caso de Guadalajara, Azuqueca de Henares, Tarancón, Toledo y Talavera.
• Un sector meridional, integrado por un conjunto de ciudades dispuestas prácticamente a lo largo de la carretera nacional N-430 (eje de comunicación entre Extremadura y la Comunidad Valenciana): Ciudad Real, Daimiel, Manzanares, La Solana, Albacete y Almansa. En torno a este eje, pero a no más de 50 km de distancia, se sitúan otros núcleos urbanos también dependientes de él, como son Puertollano, Bolaños, Madridejos, Alcázar de San Juan, Campo de Criptana, Socuéllamos, Tomelloso, Valdepeñas, Villarrobledo y La Roda. Más alejados de este eje se encuentran otros dos núcleos: Hellín y Cuenca. También la carretera nacional A-4, que une Andalucía con Madrid, ha influido en el crecimiento de núcleos urbanos como Valdepeñas, Manzanares y Madridejos. (Fuente Editorial Santillana). Algunos núcleos se encuentran entre ambos ejes de comunicación (N-430 y A-4) o la actual A-43
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