Las altas temperaturas ralentizan el crecimiento de los árboles, propician una mayor mortalidad y reducen su capacidad de regeneración debido a que limita su capacidad para realizar la fotosíntesis. Como consecuencia de ello, los árboles son más pequeños.
Se espera, además, que globalmente, las sequías sean más frecuentes, duren más y sean más duras, según este estudio. Una sequía puede matar directamente a un árbol o indirectamente, aumentar la mortalidad pues está asociada a una mayor presencia de insectos y patógenos dañinos para los árboles. También el aumento de incendios forestales de los últimos años está destruyendo muchos bosques y ralentizando el crecimiento de árboles en zonas devastadas por el fuego. Saber más
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