La fuente agria de Piedrabuena a vista de dron Foto Juan Martín Martín |
El Manantial de aguas ferruginosas de Piedrabuena, que ya aparece en las descripciones del Cardenal Lorenzana de finales del siglo XVIII, está vinculado a los procesos hidrotermales del volcanismo de la zona del Campo de Calatrava.
El agua al filtrarse en el subsuelo y entrar en contacto con los gases volcánicos, se enriquece con CO2 y otros compuestos, como el hierro, ascendiendo luego a través de fisuras hasta surgir en manantiales.
A finales del siglo XIX se realizan las primeras obras de acondicionamiento del paraje. Desde el verano de 1891, cuando se inauguran los baños, hasta finales de la década de los años 70 del siglo XX.
Recientemente se ha rehabilitado y mejorado tanto la fuente agria como la piscina y los accesos.
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