Siempre es bueno conocer más de la ciudad en la que uno vive. En esta ocasión no referimos a un artículo escrito por Rafael Cantero en el Diario de la Tribuna de Ciudad Real sobre la casa de los Corcheros.
de La calle Calatrava, durante sus más de siete siglos de historia, nunca ha cambiado su denominación y ha sido tradicionalmente una vía muy transitada y cargada de solera, antigüedad e historia.
En el número 11 de esta calle, haciendo esquina con la calle Audiencia, hoy Elisa Cendrero, existió una amplia edificación señorial donde habían residido miembros de la familia de los Forcallos, antes de trasladarse a su residencia de la calle Caballeros.
Esta vetusta casa, que constaba de dos alturas, tenía su puerta principal de entrada en la calle Calatrava. La puerta estaba coronada por la cruz de Santiago y sobre esta existía un amplio balcón voladizo, escoltado por grandes ventanales y balcones, tal y como se observa en la fotografía antigua.
En el primer tercio del siglo XX, la vivienda era habitada por la familia Mayor Macías y en su interior se instaló la fábrica de corchos de los hermanos Mayor, de ahí que fuese conocida popularmente como la 'Casa de los Corcheros'. La producción de los tapones de corcho es un proceso fascinante e interesante. Desde que el corcho sale de la dehesa hasta que se obtiene el producto final, el corcho pasa por diferentes etapas en las que el ser humano, la naturaleza y la tecnología se entrelazan y apoyan mutuamente.
La fabricación de tapones de corcho fue una industria auxiliar que surgió a la sombra del vino. Sus comienzos coincidieron con el inicio del embotellado, ya que hasta pocos años antes el vino se comercializaba, básicamente, a granel, Saber más
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