La balanza comercial registra las exportaciones e importaciones de mercancías. En España, tradicionalmente ha sido deficitaria, es decir, ha habido más gastos (importaciones) que ingresos (exportaciones).
En la década de los años sesenta, la puesta en marcha del Plan de Estabilización supuso la devaluación de la peseta, lo que contribuyó a incrementar la entrada de capital a través de tres fuentes: las remesas de los emigrantes (transferencias corrientes), los ingresos por turismo (balanza de servicios) y las inversiones de capital extranjero (cuenta financiera, inversiones directas). En la actualidad el déficit se compensa por los ingresos del turismo y por las inversiones extranjeras.
Las compras más importantes en el exterior son de productos petrolíferos, agrícolas, metálicos y minerales. Nuestras exportaciones se basan en bienes manufacturados, seguidos por productos agrícolas, mineros y metales.
La mayor parte del comercio se realiza con los países de la UE, salvo la compra de petróleo y gas (OPEC*, Argelia). Tienen también cierta importancia las exportaciones a Iberoamérica y al norte de África.
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