La estructura socioeconómica de Castilla-La Mancha ha estado históricamente relacionada con el sector agrario. En la actualidad, aunque el peso del sector ha disminuido, los valores agropecuarios están muy por encima de la media nacional.
Este sector ha venido demostrando un comportamiento expansivo caracterizado por la modernización de su base productiva. Además ha ido acompañado de un crecimiento de la renta agraria por ocupado. El proceso de desarrollo de la industria agroalimentaria y el aumento de la calidad de los productos con Denominación de Origen (D.O.) han impulsado el sector. Sin embargo, la población activa ha pasado de un 29 % en 1980 a un exiguo 7,1% en 2007 (la media nacional se sitúa en el 4,5 %), y en cuanto al VAB del sector a escala regional ha pasado del 14,7 % en 2000 a un 9,9 % en 2006. Las causas que explican esta evolución responden a las mismas analizadas a escala nacional: principalmente se produce un trasvase económico y demográfico hacia actividades más productivas, en este caso hacia el sector de la construcción y los servicios.
El sector todavía adolece de una serie de problemas que podemos resumir en los siguientes puntos:
• Dependencia de los elementos climáticos y restricciones en la implantación de regadíos.
• Atomización de las explotaciones agrarias.
• Envejecimiento de la población agraria.
• Escasa diversificación productiva y significativa importancia del monocultivo.
• Necesidad de continuar mejorando la cadena de creación de valor añadido y la complementariedad del sector primario con el secundario y el terciario.
• Necesidad de mayor inversión en innovación agraria y de potenciar los
sistemas asociativos y la formación profesional inicial y continua de los agricultores.
Este sector ha venido demostrando un comportamiento expansivo caracterizado por la modernización de su base productiva. Además ha ido acompañado de un crecimiento de la renta agraria por ocupado. El proceso de desarrollo de la industria agroalimentaria y el aumento de la calidad de los productos con Denominación de Origen (D.O.) han impulsado el sector. Sin embargo, la población activa ha pasado de un 29 % en 1980 a un exiguo 7,1% en 2007 (la media nacional se sitúa en el 4,5 %), y en cuanto al VAB del sector a escala regional ha pasado del 14,7 % en 2000 a un 9,9 % en 2006. Las causas que explican esta evolución responden a las mismas analizadas a escala nacional: principalmente se produce un trasvase económico y demográfico hacia actividades más productivas, en este caso hacia el sector de la construcción y los servicios.
El sector todavía adolece de una serie de problemas que podemos resumir en los siguientes puntos:
• Dependencia de los elementos climáticos y restricciones en la implantación de regadíos.
• Atomización de las explotaciones agrarias.
• Envejecimiento de la población agraria.
• Escasa diversificación productiva y significativa importancia del monocultivo.
• Necesidad de continuar mejorando la cadena de creación de valor añadido y la complementariedad del sector primario con el secundario y el terciario.
• Necesidad de mayor inversión en innovación agraria y de potenciar los
sistemas asociativos y la formación profesional inicial y continua de los agricultores.
(Fuente Ed. Santillana)
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