Para conocer la cultura manchega es necesario conocer a Concepción Sepúlveda. En esta ocasión nos muestra la cultura del Bombo.
De los varios y singulares refugios de campo que tradicionalmente han levantado y construido los labradores manchegos para pernoctar en mitad del campo durante la noche y guarecerse de las extremas condiciones climáticas que azotan a lo largo de todo el año al territorio de La Mancha, en especial las de los extremadamente gélidos inviernos y los asfixiantemente tórridos veranos, quizás el más original y llamativo es el conocido como BOMBO, también llamado el “iglú manchego”.
Los bombos han sido más bien característicos de zonas de la parte central de La Mancha, como la de Tomelloso y Alcázar de San Juan, y no tanto de otras como la oriental, donde han proliferado más las también singulares “quinterías”, aunque, no obstante, alguno que otro podemos encontrarnos próximo al área envolvente de las Tablas de Daimiel y Villarrubia de los Ojos del Guadiana, como este que nos enseña ‘Conce’…
No hay comentarios:
Publicar un comentario