Desde que del INE realiza estudios demográficos, España siempre había tenido un crecimiento constante de población con periodos de mayor o menor aumento.
Ahora el INE acaba de hacer unas proyecciones de población para la próxima década y nos muestra una tendencia de reducción en las tasas de crecimiento demográfico ligeramente negativas. Es decir que España perdería población. En caso de mantenerse las tendencias demográficas actuales, perdería más de medio millón de habitantes en los próximos 10 años, después de un periodo de intenso crecimiento poblacional. De esta forma, la población se reduciría hasta los 45,6 millones en 2021
Algunas de las claves son:
- A partir de 2019 el número de defunciones superará al de nacimientos.
- Descenso de la natalidad
- Descenso de la inmigración
- Aumento de la emigración
- Aumento de la edad de maternidad (por encima de los 31 años)
- Habrá menos jóvenes (Importante reducción de los menores de 5 años)
- Aumento de los mayores de 65 años (1.4 millones). Aumento de la esperanza de vida.
- Crecimiento vegetativo
A lo largo de la próxima década, en España continuaría registrándose el paulatino descenso de la natalidad que se inició en 2009. Así, entre 2011 y 2020 nacerían en torno a 4,4 millones de niños, cifra que sería un 4,7% inferior a la de la década pasada. En 2020 se registrarían 396.417 nacimientos, un 18,1% menos que en 2010.
Esta evolución de la natalidad se produciría a pesar de que la fecundidad mantuviera la tendencia ligeramente favorable de los últimos años, que llevaría al número medio de hijos por mujer a los 1,50 en 2020, frente a los 1,38 de 2010. Y es que el descenso de nacimientos vendría determinado, fundamentalmente, por la propia estructura de nuestra pirámide poblacional, al encontrarse en edades fértiles aquellas generaciones de mujeres menos numerosas que nacieron durante la crisis de natalidad de los 80 y primeros de los 90.
A su vez, la tendencia actual llevaría la edad media a la maternidad a superar los 31,1 años a finales de la próxima década.
Por otro lado, y a pesar del ligero decrecimiento en el número de habitantes, el envejecimiento poblacional determinaría un incremento del número de fallecimientos a lo largo de los próximos años. Así, en el periodo 2011-2020 se llegarían a registrar casi 4,1 millones de defunciones, un 7,8% más que a las observadas entre 2001 y 2010. En el año 2020 se producirían 415.386 fallecimientos, 9,7% más que en 2010.
En caso de mantenerse en el próximo decenio los ritmos de reducción de la incidencia de la mortalidad actualmente observados, la esperanza de vida al nacimiento se incrementaría en 2,0 años en los varones (hasta los 80,9) y en 1,5 años en las mujeres (hasta los 86,3). El descenso de los nacimientos y el incremento del número de defunciones tendría como consecuencia una paulatina reducción del saldo vegetativo (diferencia entre nacimientos y defunciones) anual, que llegaría a ser negativo antes de que acabe la presente década.
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